Pregúntele a cualquier persona: “¿En qué día naciste?”, y recibirás una pronta respuesta. Sin embargo, si le preguntas a alguien: “¿En qué fecha vas a fallecer?” recibirás un silencio ensordecedor, ya que nadie sabe cuándo llegará la muerte… ¿¿¿tal vez, incluso en los próximos minutos???

La realidad del asunto es que todos somos viajeros en esta morada temporal del Dunya. Con cada día que pasa, nos acercamos más y más a nuestro destino, el Ajirah (el más allá). Por lo tanto, un verdadero creyente es aquel que está tan consciente de su fin cada vez más cercano, que con cada día que pasa, su preocupación por su rendición de cuentas ante Al’lah Ta’ala aumenta. Él no celebra los años que ha vivido, sino que se prepara para el momento en el que se encontrará con Malakul Maut (el Ángel de la Muerte). En pocas palabras, vive para morir.

Esta era la mentalidad y el modo de vida de Rasulul’lah ﷺ, los Sahabah (radiyal’lahu anhum) y Tabi’in (rahimahul’lah). No celebraban cumpleaños ni veían la ocasión de un cumpleaños como motivo de celebración.

Por el contrario, los incrédulos le tienen terror al concepto de la muerte, debido a que traerá un final permanente para todos sus placeres. No tienen nada positivo que esperar después de la muerte y, por lo tanto, no solo buscan prolongar y retrasar lo inevitable, sino que buscan celebrar la vida y aprovecharla al máximo. Por consiguiente, celebran los cumpleaños en un esfuerzo por ignorar el hecho de que en el Día de Quiyamah ellos también tendrán que rendir cuenta ante Al’lah.

Como musulmanes, hemos sido bendecidos con la mejor de las religiones, el Din del islam, y el mejor de los modos, el modo de vida de Rasulul’lah ﷺ. Por lo tanto, nunca debemos abandonar la bendecida sunna y comenzar a emular los caminos y costumbres de los incrédulos. Rasulul’lah ﷺ nos advirtió al mencionar: “El que emula a un pueblo será considerado uno de ellos (ante los ojos de Al’lah Ta’ala)”. [Sunan Abi Davud #4031]

Si celebrar cumpleaños es sin duda la costumbre de los incrédulos, y es un concepto completamente ajeno al islam, entonces un musulmán no debe tener nada que ver con eso, y debe evitarlo a toda costa.

Además de que la celebración de cumpleaños es una costumbre de los incrédulos, hay ciertos aspectos comunes en los cumpleaños que son extremadamente peligrosos para nuestro Iman (Fe), debido a que tienen implicaciones de incredulidad y paganismo asociados con ellos.

Uno de esos aspectos es el de soplar las velas del pastel. Generalmente, la cantidad de velas en el pastel es igual al de la edad de la persona. Después de encender las velas, se le pide a la persona que pida un deseo, y las sople. De acuerdo con algunas personas, si todas las velas se apagan de un soplo, se considera una señal de buena suerte. Sin embargo, lo que muchos de nosotros no sabemos es que la tradición de encender velas se remonta, ya sea a los griegos que lo hacían para honrar el nacimiento de la diosa Artemisa o a las épocas paganas cuando las personas encendían velas para alejar a los espíritus malignos que buscaban hacerles daño en su cumpleaños.

Reflexionemos sobre lo siguiente: Al pedir un deseo y soplar las velas, ¿a quién le estamos pidiendo que cumpla nuestro deseo? Todos sabemos que cuando un musulmán pide Dua, se dirige hacia Al’lah Ta’ala y levanta sus manos. Al finalizar sus Dua, dice “Amin” y se pasa las manos sobre la cara. Si este deseo hecho en el momento de soplar las velas evidentemente no es un Dua a Al’lah Ta’ala, entonces ¿qué es? ¿A quién se le está suplicando?… ya te lo puedes imaginar.

Todos estos son aspectos importantes sobre los que todos deberíamos reflexionar profundamente. Debemos evitar que, en la búsqueda de unos cuantos momentos de placer, sacrifiquemos nuestros valores Dini (religiosos) y nos involucremos en prácticas que pongan en peligro nuestro Iman. Debemos recordar en todo momento, que la salvación completa y el éxito residen únicamente en adherirse completamente al Din en su totalidad. Umar (radiyal’lahu anhu) mencionó:

“Fuimos las personas más deshonradas. Al’lah Ta’ala, luego nos honró a través del islam. Si alguna vez buscaremos honor en algo además de aquello por lo que Al’lah Ta’ala nos ha honrado (el islam), Al’lah Ta’ala nos deshonrará”.

[Mustadrak Hakim # 207]

Que Al’lah ﷻ nos proteja de todas las costumbres que impliquen incredulidad y paganismo y nos conceda el Tavfiq de seguir la bendecida sunna de nuestro amado Profeta ﷺ (Amin).

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