El teléfono inteligente (smartphone) se ha convertido en una parte inseparable de nuestra vida cotidiana. Desde los confines del hogar hasta todas las regiones y sectores del mundo exterior, vemos a las personas inmersas en el teléfono inteligente, pero muy pocos contemplan los efectos negativos que este pequeño dispositivo está teniendo en sus vidas. Sin duda, el teléfono inteligente tiene sus beneficios como comunicación eficiente en todo el mundo, acceso rápido a Internet, actualizaciones oportunas de noticias, navegación sencilla, compras fáciles en línea, transferencias bancarias rápidas, etc. Sin embargo, una persona inteligente no solo se concentra en los beneficios de un artículo y se vuelve ajena de sus daños. Por tanto, es necesario reflexionar sobre el impacto negativo que el teléfono inteligente está teniendo en nuestras vidas. Unos momentos de contemplación nos ayudarán a darnos cuenta del alcance del daño que nos está causando.

Daños Mundanos

Lo que hace que el teléfono inteligente sea particularmente peligroso es su atracción irresistible que nos desconecta de nuestro entorno y nos impide disfrutar y beneficiarnos de las muchas bendiciones mundanas que Al’lah Ta’ala ha creado para nosotros. Citemos algunos ejemplos:

Cuando damos un paseo por el parque, seguimos enfocados en nuestros teléfonos móviles y, en consecuencia, no apreciamos el hermoso paisaje que nos rodea.

Cuando nos sentamos a comer, no podemos disfrutar realmente de la comida porque nuestros ojos están pegados al teléfono inteligente durante toda la comida.

Esta adicción silenciosa tampoco nos permite tener un sueño tranquilo. Se pasan horas absortos en el teléfono inteligente, lo que resulta en frecuentes trasnochadas. También se ha convertido en una norma mantener el teléfono inteligente junto a la cama durante la noche y revisarlo cada vez que suena. La consiguiente falta de sueño de calidad tiene un impacto negativo en nuestra salud y reduce nuestra productividad durante el día.

Daños Sociales

Esta terrible adicción también ha afectado nuestra vida social y nos ha desconectado de aquellos que son importantes para nosotros. Una familia puede estar sentada junta en la misma habitación, pero cada persona estará en su propio mundo, ocupada en algún tipo de pasatiempo en el teléfono inteligente. Ni siquiera reconocen la presencia del otro y no se comunican entre sí como debería hacerlo una familia. Cuando la familia se va de vacaciones con la intención de pasar tiempo de calidad juntos, fracasan en su objetivo, ya que se le da ‘tiempo de calidad’ al teléfono inteligente.

En el hogar, los niños pequeños suelen correr hacia el padre con mucho amor esperando ser entretenidos, pero él está demasiado ocupado con su teléfono y les dice: ‘Vayan donde su mamá, estoy ocupado’. Luego van donde su madre, que también está ocupada con su teléfono, y ella les dice: ‘¡Vayan donde su papá, estoy ocupada! Cuando los niños se hartan y causan molestias o alborotos, los padres “resuelven el problema” arrojándoles un teléfono inteligente en las manos. Esto tiene un efecto perjudicial en el desarrollo espiritual, físico y mental de nuestros hijos.

Marido y mujer incluso se pelean y llegan a un punto de ruptura en su matrimonio debido a este teléfono inteligente. Pasar demasiado tiempo en él y, a veces, incluso engañar a su cónyuge mientras está en él, da como resultado la violación de derechos y la ruptura de los corazones.

Los invitados a quienes se nos ordena honrar quedan desatendidos. La atención frecuente al teléfono inteligente mientras están frente a ellos les hace sentirse no deseados y deshonrados.

Daños Espirituales

Junto con los muchos daños mundanos y sociales, también hay muchos daños espirituales causados ​​por el teléfono inteligente. Ha demostrado tener un impacto negativo en un rasgo de carácter muy importante del creyente: la confiabilidad/fiabilidad en el cumplimiento de sus responsabilidades. Aquellos de nosotros que tenemos un trabajo promedio de 9 de la mañana a 5 de la tarde, estamos obligados a trabajar durante la totalidad de las horas contratadas y no realizar ninguna actividad personal. Esto se debe a que el empleador que nos está pagando, esencialmente nos ha comprado nuestro tiempo; por lo tanto, hacer cualquier cosa en ese tiempo además de cumplir con la tarea establecida por la empresa sería un abuso de confianza y equivaldría a robar. Desafortunadamente, muchas personas durante sus horas de trabajo contratadas frecuentemente hojean sus mensajes en las plataformas sociales o se mantienen al día con las últimas noticias y no cumplen diligentemente con su deber.

Otro gran daño espiritual del teléfono inteligente son los niveles sin precedentes de actividades inútiles que realizamos. Esto nos deja sin tiempo para la Ibadah (adoración) y tiene un efecto en nuestra espiritualidad. Muy pocas personas pueden afirmar que nunca han realizado alguna actividad inútil en el teléfono inteligente.

Un Qari Sahib que está asociado espiritualmente conmigo (con el Sheij) una vez me informó que durante dos o tres meses había estado faltando a su Tilawah (recitación del Corán) y Azkar diarios. Le pedí que reflexionara sobre el motivo, a lo que inmediatamente respondió: ‘¡Ya sé el motivo!’. ‘¡Es el teléfono inteligente! Cuando lo compré por primera vez, lo usé con cuidado durante un tiempo. Un día alguien me envió un videoclip de un debate. Me gustó y así comencé a ver otros debates en YouTube, lo que me llevó a una espiral de ver vídeos inútilmente y perder horas de mi tiempo. Pasaba tanto tiempo en YouTube que no le quedaba tiempo para su Tilawah y Azkar. Le dije: ‘Tú conoces el problema y [también] la solución, por lo tanto no es necesario que me pidas orientación’. Se deshizo del teléfono inteligente y volvió a ser puntual en sus prácticas diarias.

Un daño aún mayor del teléfono inteligente es que, en última instancia, nos lleva a actividades pecaminosas. Proteger los ojos y los oídos se vuelve extremadamente difícil ya que no siempre se tiene control sobre lo que aparece en la pantalla. Si aparece una imagen obscena en la pantalla, muchas personas no tienen la fuerza espiritual para resistirse y mirar hacia otro lado, por lo que disfrutan de ella. Cuando esto sucede repetidamente, el Nafs busca más y cae presa de las diferentes formas de actividades indecentes y vergonzosas disponibles en el teléfono inteligente. Esto resulta en pecados como la masturbación, mirar material obsceno, desarrollar relaciones ilícitas y eventualmente la fornicación.

El mismo teléfono inteligente utilizado para cometer pecados se utiliza luego para publicar/divulgar los pecados. Los jóvenes se jactan descaradamente de sus pecados ante sus amigos en las plataformas de redes sociales. Esto disminuye sus posibilidades de ser perdonados y podría ser más perjudicial que el pecado mismo.

Si uno afirma que el teléfono inteligente no ha afectado su espiritualidad porque no lo ha llevado a pecar, entonces no podrá negar que de una forma u otra ha afectado la sinceridad en su adoración y buenas obras. Así como la gente publican sus pecados en el teléfono inteligente, ahora se ha vuelto extremadamente común publicar también las buenas obras. Se ve a las personas más preocupadas por tomarse selfis que por complacer a su Creador, cuando están presentes en lugares bendecidos como Harameyn Sharifeyn, cuando están ocupados en algún culto como Dua o en algún trabajo de ayuda humanitaria. Sintiendo la necesidad de “capturar” el momento, no se dan cuenta de que en realidad están desperdiciando un momento precioso de sus vidas al ser víctimas de Riya (ostentación).

Un gran daño causado por el teléfono inteligente es que distrae constantemente la mente. Cada notificación instará a uno a revisar inmediatamente su teléfono, incluso si uno está ofreciendo Salah, recitando el Corán o Zikr. De hecho, incluso en las Casas de Al’lah no podemos conectarnos con Al’lah, ya que permanecemos conectados al teléfono inteligente mediante la conversación, a través de mensajes o simplemente navegando. Desafortunadamente, este absorción nos ha privado de la soledad mental necesaria para conectarnos con Al’lah Ta’ala incluso en lugares benditos y durante los servicios de adoración.

Otro gran daño causado por el teléfono inteligente es que ha privado a muchos del entorno bendito de la mezquita y de la compañía de los ulemas, Mashaij y los piadosos. Muchas personas tienden a pensar que simplemente escuchar o ver clips sobre el Din en el teléfono inteligente en la comodidad de sus hogares es suficiente para el progreso espiritual. La realidad es que sin la compañía de los ulemas, Mashaij y piadosos nunca podrán sobresalir verdaderamente en espiritualidad y adquirir la comprensión correcta del Din.

Si el teléfono inteligente no se convierte en un impedimento para asistir a las reuniones de los ulemas y Mashaij y el entorno de las mezquitas, pues hará que muchos de nosotros violemos las etiquetas de estas benditas reuniones y también de la mezquita. De manera que nuestra atención estará claramente más centrada en el teléfono inteligente que en el estimado Alim que está sentado frente a nosotros. Esto constituye falta de respeto hacia un Alim y desinterés por el conocimiento del Din, que se convierte en un medio de privación del conocimiento del Din.

Sopese los Pros y los Contras

Después de enumerar varios daños del teléfono inteligente, implementemos una máxima que aprendemos del Glorioso Corán. Al’lah ta’ala dice respecto a los embriagantes y las apuestas:

Diles: “Son de gran perjuicio, a pesar de que también hay en ellos algún beneficio para la gente, pero su perjuicio es mayor que su beneficio”.

[sura:2, aleya:219]

La máxima es que cuando hay ambos, daño y beneficio en algo, uno debe abandonar el beneficio y salvarse del daño. Un ejemplo es el embriagante. Está prohibido a pesar de tener beneficios por el daño que causa. El teléfono inteligente no es diferente. También tiene daños y beneficios. De hecho, los daños del teléfono inteligente superan sus beneficios y, por tanto, debemos evitarlo.

Protegernos

Para salvaguardarnos de los daños de este dispositivo, lo ideal sería deshacernos de él por completo. Un teléfono celular simple que se utilice principalmente para llamadas y mensajes de texto será suficiente para nuestras necesidades comunicativas. En la era moderna, esto puede parecer anticuado, pero es más prudente salvarse de tantos daños obvios que preocuparse por ser etiquetado como “anticuado”. El teléfono inteligente no es tan necesario para la mayoría de nosotros como creemos, y deshacerse de él sólo traera muchos beneficios que nosotros mismos seremos testigos y apreciaremos.

Para aquellos que realmente necesitan un teléfono inteligente, como aquellos cuyo trabajo les exige revisar el correo electrónico con regularidad, los dueños de negocios que necesitan ciertas aplicaciones en el teléfono, etc., deben implementar medidas estrictas para regular y limitar el uso de su teléfono inteligente:

  1. Estipule determinadas horas del día en las que no se utilizará el teléfono inteligente. Por ejemplo, desde las 10 de la noche hasta el Salah de Fayr, cuando nos sentamos a comer, cuando estamos en el trabajo o en una clase, cuando estamos en la mezquita, etc. En estos tiempos, nunca debemos mirar el teléfono.
  2. Establezca límites de tiempo para las tareas que realmente hay que realizar en el teléfono inteligente. Por ejemplo: 20 minutos para consultar las noticias, 30 minutos para consultar y responder correos electrónicos, etc. Se puede configurar una alarma para notificar el final del tiempo establecido.
  3. Ya hay aplicaciones disponibles a un mínimo costo, que nos impiden usar las redes sociales o YouTube más allá de una cantidad determinada de minutos por día o semana. Si esto nos evita desperdiciar momentos preciosos de nuestras vidas, entonces es algo que deberíamos considerar seriamente.
  4. Utilice el teléfono inteligente únicamente cuando sea realmente necesario. Esto nos salvará de involucrarnos en cualquier cosa que conduzca a La Yani (actividad inútil) o a la desobediencia a Al’lah Ta’ala.
  5. Evite usar el teléfono inteligente en privado. Úselo en zonas abiertas como la sala por donde pasan habitualmente los miembros de la familia. Esto nos evitará mirar cosas vergonzosas e inmorales por teléfono.

Que Al’lah Ta’ala nos permita reconocer lo que es bueno y lo que es malo para nosotros, y nos salve de todas las herramientas de La Yani y del pecado. Que Al’lah Ta’ala nos conceda el coraje y el Tawfiq (habilidad) para deshacernos del teléfono inteligente; y si es absolutamente necesario, que Él nos permita mantenerlo bajo control y que no permita que el teléfono inteligente nos controle a nosotros, Amin.

Este artículo fue extraído del sitio web at-tazkiyah.com, para leer la versión original en ingles: The Smartphone, Beneficial or Harmful?

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