Muharram es el mes con el que comenzamos nuestro calendario lunar. El cual conmemora la hégira emprendida por nuestro amado Mensajero ﷺ a Medina Munawarah, donde fue recibido con el corazón rebosante.

Muharram se deriva de la palabra ‘Haram’ que significa literalmente prohibido. ¿Qué era lo que estaba prohibido durante este mes? ¡era la batalla! No somos jefes de países que hacen la guerra a otros, pero tenemos nuestros propios campos de batalla en nuestros hogares, familias, lugares de trabajo e incluso en nuestros vecindarios.

La mayoría de nosotros vivimos a un ritmo tan frenético que cuando llegamos a casa del trabajo estamos cansados y estresados. Este es el momento en el que estalla la impaciencia y la intolerancia y nos peleamos con nuestra pareja o nuestros hijos. Una buena cosa que hacer es recordar quiénes son ellos y qué significan para nosotros. Hay muchos de nosotros que no nos llevamos bien con los miembros de la familia, guardando rencores, ya sean reales o imaginarios. Debemos ser conscientes de que todos somos diferentes y únicos, y que todos somos creaciones de Al’lah.

El Amado Mensajero de Al’lah, ﷺ, dijo que el 10 de Muharram debemos ser más generosos con nuestra familia.

No tenemos que limitar tal generosidad al décimo día, o para esta ocasión, al mes de Muharram. La generosidad tampoco tiene que limitarse al gasto monetario. Podemos ser más generosos con nuestro tiempo; cuando su hijo corre a decirle algo mientras usted está ocupado, hará una gran diferencia para él si se detiene a escuchar. De esta manera estarás dando tiempo además de bondad.

Llega el final de diciembre y todos hacen resoluciones, como musulmanes olvidamos fácilmente que este es el primer mes de nuestro año. Ahora es el momento de reflexionar y decidir hacer lo mejor. Sabemos que vamos a ser juzgados por nuestras intenciones, así que tratemos de tener solo buenas intenciones por el resto del año, Insha Al’lah.

En el tormentoso mar de la vida a menudo hemos sido sacudidos, pero con la conciencia de Al’lah podemos mantener nuestras cabezas fuera del agua.

Imam Gazali dijo:

“El creyente es como un bote y el mundo es como el agua. Mientras el agua permanezca fuera del bote, este podrá navegar. Una vez que el agua entre en el bote, este se hundirá. Así que navega por el mundo, pero no dejes que el Dunya entre en tu corazón y te hunda en ti mismo.”

Usemos este período para reflexionar, resolver y reclamar lo que realmente estamos destinados a ser, Insha Al’lah.

Versión original publicada por: Jamiatul Ulama (KZN)

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