Cuando la reina del Yannah y la hija más querida de Rasulul’lah ﷺ, Fátima (radiyal’lahu anha), fue a vivir con su esposo, Alí (radiyal’lahu anhu), su respetado padre, Rasulul’lah ﷺ, les describió las tareas y distribuyó sus responsabilidades. Asignó todos los asuntos fuera del hogar a Alí (radiyal’lahu anhu) y nombró a Fátima (radiyal’lahu anha) responsable del cuidado del hogar. [Musannaf Ibni Abi Shaibah #29677]

Cumpliendo con esta instrucción, Fátima (radiyal’lahu anha) realizaba diligentemente las tareas del hogar por sí misma sin la ayuda de un sirviente. Era tanta la dificultad que pasaba que sus manos quedaron ásperas por moler granos en el molino de mano, tenía marcas en el cuello por ir a buscar y traer el agua y del pozo, su ropa quedaba llena de polvo por barrer la casa y su rostro comenzó a cambiar (de color) como resultado del (calor del fuego cuando) horneaba pan.

Por lo tanto, en una ocasión, cuando Rasulul’lah ﷺ recibió algunos prisioneros, Alí (radiyal’lahu anhu) le pidió a Fátima (radiyal’lahu anha) que fuera donde su padre y le pidiera un esclavo para que la ayudara en llevar a cabo estos quehaceres.

Fátima (radiyal’lahu anha) fue así a la casa de Rasulul’lah ﷺ para pedirle un esclavo. Sin embargo, al llegar allí, descubrió que Rasulul’lah ﷺ no estaba en casa, sino que estaba bastante ocupado hablando con algunas personas en otros lugares. Cuando Rasulul’lah ﷺ regresó a casa, Aisha (radiyal’lahu anha) le informó que Fátima (radiyal’lahu anha) había venido a visitarlo mientras estaba fuera.

Rasulul’lah ﷺ se dirigió a la casa de Fátima (radiyal’lahu anha) y llegó allí mientras se preparaban para dormir. Ya se habían acostado y se habían cubierto una sábana encima, que era tan pequeña que no los podía cubrir por completo. Si la extendían verticalmente, sus costados quedaban descubiertos y si la extendían horizontalmente, sus cabezas y pies quedaban expuestos. Cuando Rasulul’lah ﷺ llegó, inmediatamente comenzaron a levantarse. Sin embargo, Rasulul’lah ﷺ les indicó que permanecieran acostados y, en cambio, él se acercó y se sentó cerca de ellos.

Rasulul’lah ﷺ luego le preguntó a Fátima (radiyal’lahu anha): “Me han informado que habías venido, así que (dime) ¿qué necesitas?” Fátima (radiyal’lahu anha) se sintió abrumada por la timidez y no respondió. Alí (radiyal’lahu anhu) respondió así: “¡Oh, Rasulul’lah ﷺ!, te informaré”. Luego le explicó las dificultades que estaba atravesando para realizar las tareas domésticas y dijo: “Entonces, cuando te llegaron los esclavos, le dije que se acercara a ti y te pidiera un esclavo para que la ayudara en la dificultad que ella está soportando.”

Rasulul’lah ﷺ le preguntó a Fátima (radiyal’lahu anha): “Entonces, ¿lo que viniste a pedir (es decir, un esclavo) es más querido para ti o (deseas) algo mejor que eso (sobre lo cual te informaré)?” Fátima (radiyal’lahu anha) probablemente todavía estaba abrumada por la timidez y no pudo responder. Alí (radiyal’lahu anha) le dio un suave codazo y le dijo que respondiera diciendo: “Lo que es mejor es más querido para mí”.

Rasulul’lah ﷺ luego se dirigió a su amada hija con las siguientes palabras: “¡Oh, Fátima! Teme a Al’lah, cumple con las obligaciones de tu Rab (Señor) y haz el trabajo de tu familia”. En otra narración mencionó: “¡Ten paciencia, oh Fátima! Sin duda, la mejor de las mujeres es la que beneficia a su familia”.

Rasulul’lah ﷺ luego les instruyó recitar al acostarse 33 veces “Subhanal’lah”, 33 veces “Alhamdulil’lah” y 34 veces “Al’lahu Akbar”, y les informó que esto era mejor para ellos que tener un sirviente. Al recibir este “regalo” de su respetado padre, Fátima (radiyal’lahu anha) respondió: “Estoy feliz con Al’lah y Su Rasul ﷺ”.

Al narrar este incidente muchos años después, Alí (radiyal’lahu anhu) mencionó que nunca dejó de recitar este Tasbih desde ese día. Entonces alguien le preguntó: “¿Ni siquiera en la noche de la batalla de Siffin (que fue una batalla muy difícil)?” Alí (radiyal’lahu anhu) respondió: “Ni siquiera en la noche de Siffin“.
[Sahih Bujari #6318, Sunan Abi Dawud #2988 y Fathul Bari]

Lecciones:

  1. Para que cualquier administración funcione sin problemas y de manera eficiente, debe haber responsabilidades fijas y tareas asignadas a diferentes miembros, ya que “si todos intentan hacer todo” definitivamente resultará en caos. De manera similar, para que el hogar sea eficaz en el cumplimiento de su papel crítico de ser una fuente de consuelo para los miembros del hogar y de criar y nutrir a personas rectas, el esposo y la esposa deberán cumplir con sus funciones. Estos roles no pueden ser decididos por los cónyuges, sino que serán exactamente los mismos roles que Rasulul’lah ﷺ había fijado para su hija y su yerno.
  2. El cuidado del hogar y llevar a cabo las tareas domésticas no están por debajo de la dignidad de la mujer. A pesar de la grandeza, el honor y la dignidad de Fátima (radiyal’lahu anha), ella soportó con paciencia las grandes dificultades para cumplir con su responsabilidad. De hecho, si una mujer hace esto con la intención correcta, también será recompensada en gran medida por ello.
  3. Rasulul’lah ﷺ siempre desviaba la atención de los Sahabah (radiyal’lahu anhum) de las posesiones materiales a los aspectos relacionados con el más allá. Por lo tanto, en lugar de darle a su hija una esclava, le otorgó un regalo especial que era mucho mejor y mucho más beneficioso para ella. Y tal era el nivel de su desinterés por el mundo y su enfoque en el más allá, que inmediatamente expresó gran felicidad y placer por esto.
  4. Si una persona recita este Tasbih todas las noches, junto con las grandes recompensas que ganará, encontrará que sus tareas son más fáciles de realizar y no se sentirá sobrecargado por su trabajo, aunque experimente cansancio. [Fathul Bari]
  5. Una gran cualidad de los Sahabah (radillal’laju anjum) era que se aferraban muy firmemente a las enseñanzas de Rasulul’lah ﷺ por el resto de sus vidas y nunca las dejaban de lado. Alí (radiyal’lahu anhu) fue tan puntual al recitar este Tasbih, que ni siquiera lo dejó en la noche de la durísima batalla de Siffin, en la que era el comandante del ejército.
Este artículo fue preparado gracias a la colaboración de USWATUL MUSLIMAH.

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